Un total de 190 estudiantes de diferentes nacionalidades se encontraban cursando sus estudios en el campus de Córdoba (78) y de Sevilla (112) cuando se decretó el estado de alarma en España con motivo de la expansión del COVID-19.
De ellos, 89 decidieron permanecer en Sevilla y Córdoba para continuar con su formación en modalidad presencial-virtual, el resto lo están haciendo desde sus respectivos países, tanto de Europa como extracomunitarios.
Para que se sientan acompañados, el Servicio de Relaciones Internacionales, que estuvo en permanente contacto con ellos, desde el principio, ha creado el foro bilingüe «Loyola with you», en la herramienta Microsoft Teams. En el foro se comparten experiencias, fotos, información, consejos, webminar, formación para tratar la ansiedad o comunicados de instituciones oficiales como la Unión Europea, etc. «La Universidad Loyola es la familia local de nuestros alumnos incoming y así queremos que lo sientan», asegura Borja Martín, director de Relaciones Internacionales de la Universidad.
Emily Seidl, estudiante norteamericana de Marquette University, es una de las que ha decidido permanecer en Sevilla y pasar el confinamiento con su familia de acogida, con la que asegura «no hay tiempo para el aburrimiento, ya que organizamos actividades diarias para estar activos». Asimismo con respecto a las clases, Emily las continúa en modalidad presencial-virtual con total normalidad y confiesa que «aunque estas metodologías pueden ser un reto, estoy impresionada de cómo mis profesores han respondido. Lo han hecho de manera muy flexible y me ayudan a no quedarme atrás, aunque sea alumna internacional”. Estar en cuarentena no era lo que pensaba exactamente para su experiencia internacional, pero mirándole el lado positivo cree que «es una oportunidad única de integrarme más en la cultura y una familia sevillana mejorando mucho mi español”.
También es el caso de Mauro, de Suecia, y Megan y Sharon, de Suiza, que decidieron quedarse en Sevilla por la responsabilidad de no viajar, y evitar posibles contagios a sus familias en origen. Aunque echan de menos las actividades al aire libre, «intentamos entretenernos leyendo, escuchando música y siguiendo las clases virtuales de Loyola, con las tareas correspondientes». Se mantienen positivos y confían en volver a la normalidad lo antes posible. Están agradecidos de que toda la Universidad se haya adaptado a la nueva situación y les esté dando apoyo y soluciones desde casa.
La mexicana Dariana Gómez, por el contrario, decidió regresar a su país para asegurar la tranquilidad de su familia y por no verse sola haciendo el confinamiento en España, tras la marcha de sus compañeras de piso. Su universidad en México le dijo que podrían perder el semestre si no regresaban, por eso “cuando Loyola nos contactó y nos dijo que podíamos continuar con las clases en modo presencial-virtual aunque regresaremos a nuestros países, me sentí muy aliviada”. Tuvo que marcharse rápidamente sin poder despedirse de sus amigos, y está deseando regresar a Sevilla en cuanto sea posible. “Me sentí muy apoyada por parte de Loyola y todos mis maestros. Aunque he tenido algunas fallas técnicas y problemas con la diferencia de horario, todos mis maestros han sido súper comprensivos con la situación y me han ayudado para no atrasarme en las clases”.
Desde Corea del Sur sigue también sus clases en Loyola Seah Park, lo cual es todo un reto debido a la diferencia horaria, quien, al igual que Dariana, agradece todo el apoyo por parte del profesorado y del Servicio de Relaciones Internacionales de Loyola que tienen en cuenta su situación especial. “Echo de menos las temperaturas cálidas de Sevilla y la siesta, no entiendo cómo podemos vivir sin eso en Corea porque me encanta”, asegura.
