Marta Reyes: "Estoy tremendamente feliz de haber extendido mi etapa formativa en Loyola y de explorar el mundo de la investigación"

10/02/2022
Marta Reyes, alumni del grado en Psicología

Marta Reyes estudió el grado en Psicología en la Universidad Loyola y ahora se dedica a la investigación. Ha conseguido una beca del Ministerio de Universidades ‘FPU’, para la Formación del Profesorado Universitario y está realizando su tesis en la Universidad de Granada, trabajo que está siendo cootutorizado Julia Morales, profesora de psicología de Loyola.

En estos momentos realiza una estancia en la McGill University, en Montreal (Canadá). Su tesis estudia las “Estrategias metacognitivas en personas bilingües”. Es decir, analiza las estrategias de aprendizaje que utilizan las personas en distintos idiomas, y las posibles dificultades que se afrontan al aprender contenidos en un segundo idioma si algunos de los procesos implicados en el aprendizaje cambian cuando se produce en un idioma que todavía no se domina.

Pregunta: ¿Por qué decidiste hacer Psicología?

Respuesta: Desde pequeña siempre había tenido vocación docente. Sin embargo, a medida que se iba acercando el momento de elegir carrera universitaria, sentía que el grado de educación no terminaba de satisfacer mis aspiraciones. Y entonces, surge la pregunta “¿qué carrera elijo?” Era una de las primeras decisiones importantes que me encaminaban hacia una vida adulta. Así que, la dejé de fondo en mi cabeza mientras seguía leyendo y buscando opciones.

Recuerdo que incluso hice una lista por orden de preferencia y fui mirando asignaturas de los distintos grados. Psicología ya andaba en uno de los puestos más altos. Fue mi padre el que me lo había sugerido años antes de forma muy sutil. Me había recomendado libros, autores/as e incluso vídeos y conferencias. Yo me fui ilusionando cada vez más. Hasta que un día no me hizo falta seguir buscando, tenía claro que después de Bachillerato y selectividad, estudiaría Psicología.

Es una profesión en la que necesariamente estás en contacto directo con las personas y eso me encanta. Al mismo tiempo, creo que tiene (o debería tener) un gran protagonismo en nuestra vida, dadas las características y demandas de la sociedad. Sentí que era como una mochila que podría llenar de herramientas para comprender y aplicar a muchos aspectos de la vida.

"La psicología es una profesión en la que necesariamente estás en contacto directo con las personas y eso me encanta"

P: ¿Con qué sector de la Psicología te sientes más identificada y por qué?

R: El ámbito educativo siempre ha sido una de mis pasiones. Así que, mi primera intención cuando me gradué en la Universidad Loyola, fue encaminar mi carrera profesional hacia la Psicología de la Educación. Sin embargo, la vida me sorprendió y me hizo un regalo. Tuve la oportunidad de trasladarme a Granada para estudiar un máster en Neurociencia Cognitiva y del Comportamiento.

Seguidamente me incorporé al grupo de investigación en el que trabajo, y he continuado mi formación realizando la tesis doctoral. Me arriesgué. Quise experimentar la adrenalina investigadora, quise seguir aprendiendo. El doctorado te impone un ritmo de trabajo vertiginoso, pero al mismo tiempo te hace adquirir habilidades, conocimientos y competencias básicas, trasversales.

Estoy tremendamente feliz de haber extendido mi etapa formativa en Loyola y de explorar el mundo de la investigación. Cuando finalice mi contrato y defienda mi tesis doctoral, mi ilusión sería poder fusionar ambas áreas: combinar la investigación básica con la práctica aplicada en el ámbito educativo escolar. Tener contacto con los dos mundos. Aunque quizás, llegado el momento, la vida me haga otro regalo.

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Montreal. Foto de Marta Reyes

P: ¿Qué es lo que destacarías de tu carrera (tanto en lo académico como en lo personal)?

R: Echo la vista atrás y hago una valoración más que positiva de mi paso por la Universidad Loyola. En general, considero que la formación fue bastante completa, tanto a nivel teórico como práctico. Se hizo hincapié en que aprendiéramos conceptos básicos y modelos teóricos. Al mismo tiempo, se dejaba espacio para trabajar aspectos más prácticos y aplicados.

Esto es un equilibrio muy necesario que no siempre se consigue sin perder algo por el camino. Creo que el plan de estudios del grado de Psicología en Loyola lo realiza de forma muy elegante y sutil. Considero que se realizó (y realiza) un esfuerzo consciente para formar a buenos profesionales. En el plano personal, me llevé grandes compañeros de profesión y grandes amistades, que sigo cultivando y manteniendo hasta el día de hoy.

"Cuando finalice mi contrato y defienda mi tesis doctoral, mi ilusión sería poder fusionar ambas áreas: combinar la investigación básica con la práctica aplicada en el ámbito educativo escolar"

P: ¿Y del profesorado?

R: Destaco la calidad humana del grupo docente que tuve durante mis años del grado. En su mayoría, buenos profesionales y buenos docentes, dispuestos a escuchar y atender nuestras inquietudes académicas y también personales. Me vienen muchos nombres a la cabeza y estoy muy agradecida del trato que recibimos, la formación que nos ofrecieron y la exigencia que demandaban de nosotras/os.

P: ¿A qué te dedicas ahora? ¿Cuál es tu experiencia en ese sitio y qué haces allí?

R: Soy investigadora predoctoral (FPU) en el grupo de Memoria y Lenguaje (HUM-740), departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada. Estoy realizando mi tesis doctoral, en la que investigo cómo cambian las estrategias de aprendizaje en contextos bilingües. Es decir, me centro en saber si trabajando en un segundo idioma (inglés) también somos capaces de poner en marcha los mecanismos necesarios para evaluar y ajustar el estudio, y así, producir un aprendizaje exitoso.

Mi experiencia en el grupo ha sido magnífica desde antes de ser contratada predoctoral. Digo desde antes, porque ya durante los meses del máster, sentí una cálida acogida. La gente es extraordinaria, tanto en el plano profesional como personalmente. Siento que puedo tocar al despacho de al lado para todo lo que necesite. Aquí, las alegrías y también las frustraciones, son compartidas. Es un privilegio ir a trabajar con ilusión, sonrisas y ganas porque sabes que lo que te espera es un buen ambiente de compañerismo.

"Destaco la calidad humana del grupo docente que tuve durante mis años del grado"

P: ¿Cómo ves el mundo de la Psicología en el sector en el cual estás trabajando?

R: Difícil, aunque no más que en cualquier otro sector de la Psicología, e incluso de fuera de ella. El mercado laboral en España es precario y deficiente. Es una realidad a la que nos enfrentamos las generaciones más jóvenes. Sin embargo, no por ello es un futuro pesimista o deprimente. Creo que es momento de ser creativo, trabajar duro y ser capaz de adaptarse a las necesidades.

Mi objetivo es acabar la tesis disfrutando de los meses que me quedan de contrato, y trabajando lo mejor que sé. No miro más allá. No me planteo si conseguiré un contrato post-doctoral y después una plaza… Por mi estabilidad emocional, prefiero no pensarlo. Llegado el momento, estudiaré las opciones que haya encima de la mesa y tomaré la decisión que sienta más acertada.

P: ¿Cuáles son para ti las claves para ser una buena psicóloga hoy? En lo personal y profesional.

R: Para mi, lo primordial es ser buena persona. No importa en qué sector desarrolle mi trabajo. Lo primero, es ser buena persona. Y no hay que conformarse nunca. Nunca puedes dejar de trabajar sobre ello. Cada persona busca las estrategias que mejor le sirven: leer y ser autodidacta, meditar, ir a terapia individual o en grupo, etc. Lo bonito es que se refleja en todas las esferas de la vida.

A partir de ahí, una buena profesional debe actualizarse constantemente, debe estar informada de los últimos avances científicos y debe ser lo suficientemente crítica como para cuestionarse sus propias pretensiones. Con estos puntos de apoyo – ser buena persona, ser crítica y tener formación constante – espero poder tener mucho avanzado.

"Para ser una buena profesional de la psicología hay que ser buena persona primero, y después actualizarse constantemente"

P: ¿Qué consejo le darías a un estudiante que quiere estudiar lo mismo que tú? ¿Y a aquel que está a punto de salir al mercado laboral?

R: En ambos casos: paciencia y trabajo. Para quien comienza, la paciencia le ayudará a vivir cada día despacio y sin angustia para que “termine ya, por dios”.  Por otro lado, el trabajo le facilitará el camino y le hará los períodos de exámenes mucho más llevaderos. Para quien está a punto de salir al mercado laboral, la paciencia le ayudará a contestar la pregunta del “¿y ahora qué?”. Puede que lo tenga clarísimo, en cuyo caso, genial. Aun así, necesita paciencia para ver brotar los frutos. Por su parte, el trabajo, le acercará día a día a su meta y objetivo. 

Supongo que, como la mayoría de los grados universitarios, lo ideal sería acceder de forma vocacional. En mi caso, así fue, y no puedo sino afirmar que Psicología es una carrera y una profesión más que bonita: te acerca a la realidad del mundo y te ofrece herramientas para comprender y relacionarte con las personas.

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McGill University en Montreal. Foto de Marta Reyes

P: ¿Alguna iniciativa/proyecto durante la carrera que te gustaría destacar?

R: Ya lo sentía cuando estaba dentro, pero desde que salí, veo lo que hay fuera y puedo comparar. Me reitero: el proceso formativo en Loyola fue de una excelente calidad. Durante el grado, nos formaron en una serie de competencias profesionales imprescindibles y que no siempre se encuentran en los libros. Me refiero a: diseñar experimentos, elaborar proyectos, redactar informes de evaluación y tratamiento, crear pósters científicos, hacer role-playing, exponer en público, citar en formato APA, desarrollar un pensamiento crítico…

En general, no puedo quedarme con una única actividad puesto que son muchas a lo largo de las distintas asignaturas las que contribuyeron a que tuviera una grata experiencia teórico-práctica en la carrera.

Al margen del grado de Psicología en sí mismo, también cabe mencionar que la Universidad Loyola, como entidad, procuraba que el alumnado en su conjunto viviera la universidad al máximo: blue day, día de la salud mental, actividades deportivas, club de debate, etc. Y esto hace del paso por la universidad una experiencia en sí misma.

"El proceso formativo en Loyola fue de una excelente calidad"

P: ¿Qué te llevó a adentrarte en el estudio del bilingüismo?

R: Desde pequeña, había asistido a clases de inglés como actividad extraescolar. Sin embargo, era testigo de las dificultades a las que se solían enfrentar mis compis con esa asignatura en el colegio e instituto. Al mismo tiempo, el inglés era algo que iba adquiriendo mayor protagonismo en nuestro día a día. En el plano educativo especialmente, hablar sobre bilingüismo es más la norma que la excepción. Cuando llegó el momento de escoger línea de trabajo para el TFG, la Profa. Mª Julia Morales ofertaba una plaza centrada en la relación entre bilingüismo y control cognitivo.

Esa fue por la que me decanté. Aunque el TFG puede dar algo de “miedo” entre el alumnado, yo tengo muy buen recuerdo puesto que me abrió las puertas a mi siguiente etapa. Por un lado, me enamoré del tema y por otro, tuve una magnífica experiencia con la Dra. Morales como tutora. Tras defender el TFG, ella me sugirió la opción de continuar explorando la propuesta de investigación que había desarrollado en el TFG y me habló de la existencia del máster en Granada. Y del máster al doctorado… ¡con Julia como co-directora de tesis!

"La beca del Ministerio supone una oportunidad muy bonita para estar en contacto con el aula y adquirir experiencia como docente"

P: ¿Qué supone para ti la beca del Ministerio de Universidades?

R: Sin duda, una bendita suerte. Aunque mi padre me diría: ¡no te quites mérito! Es cierto que siempre he trabajado mucho, también en el grado, para mantener un buen expediente. Aun así, no deja de ser un proceso muy competitivo en el que entran en juego infinidad de factores. Todavía hoy, después de 3 años de firmar el contrato, doy gracias por tenerlo y reconozco el esfuerzo que me supuso.

El contrato FPU del Ministerio te da garantías de 4 años de financiación para llevar a cabo tu investigación. Además, este tipo de contrato recoge la formación en competencias docentes, lo que implica impartir una serie de créditos anuales como profesora de prácticas en el grado. Una oportunidad muy bonita para estar en contacto con el aula y adquirir experiencia también como docente.

"Perseverancia, esfuerzo, resiliencia, flexibilidad y capacidad de adaptación son competencias trasversales que el doctorado (y el COVID) me han obligado a entrenar."

Además, este contrato me ha permitido optar a una ayuda para realizar una estancia breve en el extranjero (Montreal, Canadá, desde donde os escribo a -18ºC). Evidentemente, no todo es camino de rosas. Menos aún en esta profesión donde hay tanta competitividad y donde se suelen ocultar “los rechazos”, pues parece que solo se visibilizan y celebran los logros. Así que, aprovecho para destacar que no me concedieron esta ayuda a la primera.

Tuve que aplicar en dos convocatorias consecutivas hasta que se me concedió. Perseverancia, esfuerzo, resiliencia, flexibilidad y capacidad de adaptación son competencias trasversales que el doctorado (y el COVID) me han obligado a entrenar. Aprovecho para agradecer a mis dos directoras de tesis, Dra. Mª Teresa Bajo y Dra. Mª Julia Morales. Todo este proceso pre-doctoral no estaría siendo posible sin que ellas me acompañen y guíen en el camino.

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