Por décimo año consecutivo desde su puesta en marcha, la Escuela de Doctorado de la Universidad Loyola ha comenzado un nuevo curso académico con un acto de bienvenida que ha acogido a los más de 130 alumnos de doctorado de la Universidad Loyola este curso.
El evento celebrado en el campus de Sevilla de la Universidad Loyola ha contado con la presencia virtual de los alumnos que siguen los programas desde países de distintas zonas del mundo. En su bienvenida a los nuevos y ya veteranos alumnos de la escuela de doctorado la Vicerrectora de Investigación, Mercedes Torres ha comenzado su discurso resaltando el papel de la investigación en la Universidad Loyola como “Crucial en su plan estratégico, en el que se define como universidad investigadora alineada con las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús y con la prioridad de ofrecer soluciones a los problemas que afectan a la humanidad”.
También ha centrado su mensaje en el valor de los estudios de doctorado, aludiendo a la tendencia actual para aportar valor tanto a las entidades públicas como a la especialización que aporta a las entidades privadas. La vicerrectora ha destacado cómo merece la pena un esfuerzo que: “Contribuye cada vez más a ampliar las posibilidades laborales para desarrollar habilidades específicas de búsqueda de datos, gestión de proyectos o de organización.”
Mercedes Torres: “En su plan estratégico la Universidad Loyola destaca como universidad investigadora alineada con las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús y con la prioridad de ofrecer soluciones a los problemas que afectan a la humanidad.”
Finalmente, Mercedes Torres lanzó un mensaje a los doctorandos: “Aunque no es fácil la carrera del doctorando y la carrera investigadora, sois capaces de hacerlo y tenéis todos los ingredientes necesarios para seguir desarrollándolos, echad la mirada atrás y ver qué os llevó hasta aquí, y no perdáis la pasión por investigar y por descubrir.”
Por su parte, la directora de la Escuela de Doctorado, Pilar Tirado resaltó los datos del último curso recién finalizado. Un curso en el que hasta el momento cuenta con más de 134 alumnos, con un alto porcentaje de alumnos internacionales. Alumnos que han participado en más de 70 congresos, más de 30 publicaciones científicas y una decena de estancias de investigación en otros centros. En el pasado curso igualmente se defendieron 15 tesis, de las cuales el 98% obtuvieron sobresaliente cum laude.
La directora ha destacado igualmente los importantes hitos, premios obtenidos por los doctorandos, seminarios y jornadas que han dado valor al curso en la escuela de Doctorado.
La ponencia inaugural ha sido a cargo del doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Córdoba y profesor catedrático senior de organización de empresas en la Universidad Loyola Antonio Ariza Montes. Responsable del Grupo de Investigación Social Matters, está incluido en los últimos tres años en el ranking que elabora la Universidad de Standford entre el top 2% de investigadores más citados a nivel mundial.
El catedrático tituló su ponencia “Del Doctorado a la Cátedra: Orientaciones para Construir una Carrera Académica de Éxito en la Universidad Española” , en la ofreció a los doctorandos algunas ideas básicas sobre cómo construir, diseñar y planificar la carrera universitaria, desde que se comienza con el doctorado hasta que se alcanza la figura de profesor catedrático. La búsqueda de un punto de equilibrio óptimo entre investigación, docencia y gestión que constituye un reto constante a lo largo de toda la carrera académica.
Antonio Ariza destacó la figura del doctorado como la base fundamental para cimentar una carrera académica sólida. “Acompañados por un buen director de tesis, en esta etapa es crucial aprender a publicar en revistas de alto impacto, participar en proyectos de investigación que permitan construir una red de contactos sólida e ir ganando visibilidad en el ámbito académico.” Destacó el investigador.
Antonio Ariza: “el doctorado es una prueba de fondo, una carrera que requiere de planificación, perseverancia y capacidad de adaptación continua. Una carrera dura, pero apasionante y muy gratificante.”
El catedrático destacó otros aspectos como la ANECA como “compañera en este apasionante viaje”. La evaluación continua como elemento definitorio de la carrera académica, la diferenciación que supone investigar, las colaboraciones internacionales y la movilidad fueron otros de los elementos identificativos de su intervención.
Finalmente definió la carrera académica como “una prueba de fondo, una carrera que requiere de planificación, perseverancia y capacidad de adaptación continua. Una carrera dura, pero apasionante y muy gratificante.”
